viernes, septiembre 28, 2007

Punzada...

Capitulo 8.

I.

"Tanta humanidad... tanta idiotez... Hay muchisima indiferencia. Es demasiado para que pueda soportarlo. Pero... Debo mantenerme firme, firme, firme.

Mi señor no me perdonaria ni siquiera mi Esencia misma si le fallo ahora... Puedo perder mi cordura, mi propio nombre y hasta la iedntidad que tuve... pero perder mi espiritú Dragón es demasiado, y él me lo puede quitar si asi lo desea.

Conseguirle información, información... Y muertes y cuerpos, y sangre y destrucción. Me prometió salir de mi miseria, y a cambio le dare lo que él me pide. Me prometió la sabiduria a la que renuncie, y en su lugar yo le entregare a su traidor... Quiero ser libre al igual que él.

* * * * *

El ambiente dentro de la taberna era bastante común para cualquier persona que se dignara ser un buen bebedor... Las sillas volaban por todas partes, mientras un par de ebrios se golpeaban cerca de la puerta de entrada, y asi mismo en una de las mesas habia una pareja perteneciente a la Serpiente Emplumada besandose y tomando sus cuerpos como si se encontraran en un tugurio de peor reputación. Ryan no les daba ninguna importancia a nadie asi como nadie le ponia atención a él, y tan solo se dirigia a la barra para hablar con el cantinero y empezar a degustar de su bebida amargamente dulce... Aunque en la mente del joven, todo eso tenia una intención y era conseguir información acerca de los movimientos que el Sagrado Reino habia tomado en esas ultimas semanas.

-Sirveme un tarro de tu mejor cerveza, sea esta de malta o de las finas ramas del árbol de Griez...

-Vaya, un conocedor... ¿Y supongo que no preferirias mejor un poco de vino dorado de Sian´ka, o si? Digo, me parece que alguien que realmente supiera de bebidas admiraria una proposicion como esa...

Y la tentación apenas daba comienzo... El alcohol y los Dragones siempre habian estado juntos uno al lado del otro, desde que habian cimentado sus primeros reinos, alla en los antiguos paramos del continente de Tantra... Y aun desde entonces no sabian manejarlo cuando se trataba de beber lo mejor de lo mejor...

II.

-¿Entonces la huesped del Anciano es...?

-Si, y no necesitamos que lo digas... No sabemos quien pueda estar escuchando el viento y las palabras que este se lleva.

-Bueno... ¿y que se sabe del Sagrado Reino? La ultima vez solamente enviaron a un mensajero pidiendo nuestra ayuda o nuestra rendición...

-Con todas las cosas que pasan actualmente no me sorprenderia que vinieran a pedir una "alianza" a base de armas y muerte... Recuerda lo que pasó hace un par de meses alla en Sian´Ka; La ciudad sigue siendo vigilada por el Sagrado Reino, pero las tensiones estan a punta de lanza desde que atacaron el palacio del Cacique y alguien mató al Comandante del Reino.

-Tienes razón... Mucha razón. Pero tambien debes de recordar que la Reina hizo el testimonio por parte de sus guerreros, diciendo que fue la Serpiente Emplumada y todos los mercenarios de la ciudad los que iniciaron el ataque... Y toda esa gente debe de dar gracias que no hayan tomado represalias, pues la armada que tomó la ciudad ni siquiera decidió atacar... solamente recuperar fuerzas y "conseguir más reclutas"

-Mas reclutas... Que tristeza que no todos los clanes puedan soportar aquel control mental... A veces pienso que la evolución de cada clan es más un capricho de las deidades que un paso hacia una perfección común.

* * * * *

Deneb Margueriff se encontraba bastante preocupada... Aunque oficialmente ya no pertenecia al Sagrado Reino todavia mantenia contactos con algunos de sus antiguos soldados, y las noticias que le enviaban por medio de las aves mensajeras no eran nada alentadores...

"Los carroñeros van tras la presa que escapó... sin embargo tambien van a cazar a un antiguo aliado. Hay que andar con cuidado que la arena se vuelve una trampa mortal..."

No necesitaba volver a leerlo ni pensar en los significados de cada una de las palabras... Debia escapar lo antes posible de Griez, pues de quedarse ahi moriria o se enfrentaria a una batalla que simplemente sabia que no podria ganar. Pero... Estaba naciendo en su interior un sentimiento poco aclamado en su gente: vergüenza, pues por su culpa toda una ciudad y su gente estaba deparada a perecer... ¿Que tanto habría necesitado un Sarliano para sentir esa clase de vergüenza?

-¿Pero que debo hacer? No puedo pensar en algo que no sea huir... Aunque me siento culpable por el destino que le aguarda a esta ciudad, cuando yo soy la unica responsable. El huir me ayudara a pensar, pues no me cabe duda que yo no puedo pelear frente a un ejercito conformado por gente de mi propio clan... ¡Todas mis habilidades quedarian eliminadas..!

Sus pensamientos la habian llevado por un pozo profundo desde el cual no podia escuchar el ruido que se armaba afuera del edificio prismado en donde se encontraba. "¡Han llegado guerreros del Dragón, han llegado guerreros del Dragón!" Gritaban los guardias; "Los rebeldes han regresado!" vitoreaban los niños... Pero Deneb no escuchaba nada... Su conciencia no se lo permitia.

* * * * *

-Ha sido una fortuna poder encontrarlos antes de llegar a la Siempre Sagrada ciudad de Griez... No creo que nos hubieran recibido de la misma forma, sino es acompañandolos a ustedes...

-La fortuna nada tiene que ver. Simplemente uno de los oraculos dijo algo acerca de un poder divino retornando y que tenia en mira venir a esta ciudad... ¡No podiamos permitir que un poder de esa magnitud cayera en garras del Imperio!

-Si, bueno... Ultimamente hemos visto cosas que dejarian lo divino en la categoria de los infernal... Pero por todos los santos del templo de Arkadius, realmente es un gusto poder descansar por primera vez en una ciudad sin sentirnos perseguidos...

-Y no serás el primero en decir eso, mi aventurado Durkill. El Gran Anciano tiene un huesped muy especial que seguramente será del agrado de todos ustedes, queridos Dragones...

* * * * *

Tanto Alexandra como Durkill jamás habian visto las construcciones de Griez... Eran hermosas, y no podian dejar de contemplar los colores plateados y dorados que revestian las torres. Sus agujas en las puntas eran casi como hilos de seda dorada, mientras als cruces desgarradas en las ventanas daban la impresion de la furia que hubiera contenido el arquitecto encargado de levantarlas hace siglos atras.

Alexandra habia escuchado de la unión del clan de la Cruz Dorada con Los Lobos Blancos desde el Conflicto Dorado, epro nunca los habia visto antes y menos la magnifica ciudad que representaba Griez... Su gente, la Garra de la Cruz no eran personas muy apegadas a las afueras del mundo, y menos a interactuar con personas de fuera; De hecho, la ultima vez que socializaron con alguien fue durante el ultimo torneo de Artes y Guerra sucedido hace casi 300 años atras, y no fue algo que a muchos les haya gustado pues solamente se sabe que de los representantes de cada clan solamente regresó el equipo de los Dragones y el de la Cruz Negra... Rumores corrieron de que al aprecer hubo una matanza o que incluso sacrificios a los dioses paganos de los sacerdotes de la Garra... Sin embargo, al verlos frente a frente Alexandra no podia pensar que esa gente pudiera haber cometido cosas tan bizarras.

-Tu gente es demasiado tranquila, joven cazadora... A sabiendas de que el Sagrado Reino caza a nuestra gente, y ha dictado como traidores a quienes nos ayudan, y aun asi ustedes nos han recibido con una sonrisa a mi y a mis compañeros.

-Lady Säbel... Mi gente siempre ha brindado ayuda a quienes la necesitan, y por los juramentos hechos por nuestro padre, no podemos permitir la propagación de la opresión... Sin embargo tampoco podemos comenzar una guerra perdida, menos si no tenemos asuntos pendientes con los clanes entrometidos...

-Pues no entiendo... La Cruz Dorada y los Lobos han sufrido en esta guerra, los primeros como esclavos del Reino y los segundos con constantes ataques a sus ciudades.- Interrumpió Alexandra mientras agarraba el paso de Säbel y de Arla quienes se habian adelantado-. ¿Eso no es un asunto lo suficientemente pendiente? ¿Apoyar a los clanes que le dierno inicio a su linea de sangre?

-Hay mas cosas dentro de los apctos de cada clan de lo que intentas entender, cazadora de almas... Asi como tu Orden es solamente castigar a los traidores y ladrones de Esencias, nosotros tambien tenemos reglas y preceptos que debemos seguir...

Terminando de decir eso, dejo al grupo de Dragones frente a la Catedral del Sonido. "El Sacerdote querrá hablar con la lider de los retornantes, y con ustedes viajeros... Es mejor que vayan y no lo hagan esperar"

* * * * *

Habia pasado mucho tiempo desde que Strever habia salido del desierto y sus pasos lo habian encaminado en direccion de la ciudad de Luz de Luna, sin embargo primero debia atravesar el paso de la montaña custodiado por un pequeño regimiento de mercenarios contratados por el espurio Reino.

Podia pelear, podia pasar desapercibido... Lo que importaba era llegar al puerto lo mas pronto posible... Cada vez lo consumia una mayor ansia por encontrarse frente a frente con ciertos guerreros que sabia se encontraban despachados en esa ciudad.

"El encontrarme con ambos guerreros solamente puntualizara mi desorden actual... solo ello permitira que mi interior apacigue esta sed."

¿Que tanto le sucedia al Dragón que reencarnaba al primer padre de la linea de clanes elementales?

No hay comentarios.: