Colmillos de Guerra.
Prologo.
Aquella fue una noche tan terrible que no es fácil olvidarla; la lluvia arreciaba contra el pavimento de tal suerte que parecia un señor oscuro deseoso de arrebatar las vidas a las jóvenes vírgenes, era tan poderosa esa caída que incluso algunos techos de madera fueron derribados como si su resistencia se viera mermada por el miedo. Entre tal caos natural, un joven corría desesperadamente por las calles infestadas de gente que se refugiaba debajo de algun techo o portón. Huía con tal determinación, pero sería difícil si huía de alguien… o algo.
Daba grandes saltos para evitar algunos charcos de agua, para evitar a la gente, o solamente para tomar un mayor empuje en sus piernas. Y como si fuese un acróbata indómito, saltó hacia el techo de una de las casas. Llámesele suerte, pero en el justo instante de que sus pies tocaron aquel piso alto, un trueno resplandeció, y destruyó la mórbida tranquilidad de aquella abismal suerte de evento natural; Aquel joven solamente se detuvo unos segundos, una ínfima cantidad de tiempo para observar a su alrededor y sin mayor paciencia desenfundó una hermosa espada que cargaba en una funda plateada a su lado izquierdo. Bajo el brillo de la luna rojiza que se alzaba en aquella noche, su espada parecia más un colmillo hecho a partir de la sangre de alguna bestia de las pesadillas que
Y asi, aquella luz iluminó… De la misma forma que el viento se llevó consigo a la lluvia de aquel techo; Cinco sombras se encontraban alrededor, y solamente una voz se podía escuchar retumbando en aquel sitio, con el mismo tono con que un demente abre la boca para saludar a sus victimas…
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