I.
-Strever Maelstrom... Hemos venido por tu carne para entregarla a la Sagrada Reina, para que hagas entrega de todos tus conocimientos ... que entregues tu lealtad a nuestra causa. A sabiendas que estas exhausto, cansado, derrotado ante tu acabose pelea contra Josephine Seral te damos una oportunidad para rendirte y venir con nosotros...
-O puedes pelear, si... y darnos el lujo de matar a un Dragón con nuestras propias manos. De hecho, creo que podemos golpearlo casi al punto de matarlo; La Reina nos pidió solamente que te llevaramos a su Corte, nunca ha especificado bajo que condiciones.
Ambos "Paladines" más por titulo y vestimenta que por codigo, habian bajado de una de las dunas más alejadas del desierto... Poseían un mandoble, cada uno de ellos, tan grande como sus propios cuerpos y tan filoso que bien podría cortar incluso un cabello tan solo éste se acercara a aquella arma. Sus doradas armaduras brillaban igual o mas que el sol mismo, reflejando por encima de sus cuerpos una pureza exhimia tan radiante que pareceria absurdo pensar de ellos como Mata-Dragones... Caballeros de la Cruz Dorada entregados a venganzas epicas y utópicas en contra del clan, y severos seguidores de las antiguas leyes de los pimeros pobladores de su raza... y ahora tan solo vividores de lo que ellos llaman "La Orden de la Cruz de Oro"; gente que odia a los Dragones por "haber destruido el honor de la Cruz Dorada durante su epoca de grandeza, durante la Guerra de los Vados..." aquella batalla que daría inicio a la Primera, y tal vez unica, Epoca Unida...
-Deberias de entregarte, Strever, aqui mi compañero Razzael no es muy amable... De hecho se esta comportando de una forma bastante extraña contigo, y deberias de estar agradecido conque no te matemos... Tu simple existencia nos llena de asco, pero por amor a nuestra reina te debemos entregar con vida (que asi es como debemos hacerlo o nosotros mismos seriamos asesinados a manos de la Reina...)
¿Amor a su reina? ¿Amor...? ¿Como se atrevian ellos a usar un sentimiento tan bello y puro para atormentarlo a él en ese momento? Un poco herido y hastiado de la vida, le venian a descargar tormentos basados en el amor... Strever sabia de primera mano lo que era ello, ¿Pero acaso esos dos gigantes de oro lo sabian? ¿Habian perdido en algun momento a un ser querido? Posiblemente no, porque ellos no podian amar a alguien que no fueran ellos mismos o a la gente que compartiera su odio por los Dragones...
Sara...
II.
Tanta muerte y destrucción en un abrir y cerrar de ojos... Era como ser participes de uno de los tantos cuentos que hay acerca de las heroicas y epicas batallas de la "Gran Guerra..." Pero hehco realidad a través de ese sujeto.
Y su mirada... Era la mirada que tendria la muerte antes de tomar el alma de algun incauto merecedor del descanso eterno, despues de sufrir una larga vida de alegrias y riquezas.
Fría, inclemente, horrida. Fría.
Sesenta seres "vivos" murieron en menos de un segundo destazados, atravesados, acribillados. Nadie podia ser capáz de semejante audacia, pues incluso al Dragón más poderoso o al Sarliano más rapido le hubiera tomado al menos unos minutos acabar con tanta gente, y habiendo sufrido algunos ataques ed antemano. Pero fue tan real. Fue cierto, pues la sangre manchó a esos tres guerreros...
-¿Porque nos has ayudado? ¿Acaso eres un mercenario o un ángel enviado para salvarnos?
-¿Es que acaso eres la llave a la victoria de nuestra raza? -Preguntaba secundando Alexia a Ryan mientras veían como aquel sujeto simplemente se acercaba a ellos lentamente, inmutable.
Pero el "asesino" no dijo nada, ni se detuvo donde ellos... Pasó de largo y simplemente saltó más alla de la vista de los jovenes. Y desapareció...
* * * * *
-Es extraño pensar en lo que acabamos de presenciar...
-Realmente extraño.
-¿Y como saber que fue cierto? Porque estamos vivos... ¿Saben lo que eso significa? ¿Realmente sabemos que puede significar un hecho como este?
-Que la guerra terminara pronto.
Asi era... Con alguien asi del lado de los rebeldes la guerra no duraría menos que una semana. Con semejante poder hasta los mismos Dioses temerian por cometer siquiera una falta absurda en contra del más vil de los sujetos en la creación. Durkill entendía eso muy bien...
-Saben... puedo seguir el olor de aquel. Posiblemente logremos algo...
-Si, ¿que nos máte, verdad? -Comentó Ryan mientras hurgaba en algunos papeles que se encontraban en una mesa.- Personalmente pienso que si alguien ha de matarme, prefiero que sea un demonio antes que otro asesino enviado a cazar a cuantos rebledes encuentre en su camino...
-¡Pero es que no sabemos si sea o no un asesino imperial! Puede que sea incluso una de las legendarias "Manos Blancas" o hasta un "Asesino de Dioses" y ya con ello podremos salvar a la gente de estas tierras...
-Alexia... Alexia... ¿En verdad crees que puedan existir seres con ese poder? En lugar de preocuparte por mitos y leyendas del pasado, deberias de poner más atención... Estamos a un paso de encontrar la base de nuestros camaradas.- Y diciendo esto, Durkill apretó un libro en una estanteria al fondo de aquella bodega. Lentamente una larga brecha en el piso se abrió y un pasadizo bastante profundo hizo aparición no muy lejos de donde se encontraba el joven Dragón de ojos rojos. Adentro encontrarian las respuestas que buscaban... posiblemente.
* * * * *
"¿Porque no me atacaron esos niños? Soy el traidor más grande al clan al haber robado la Okoroniya, al haber retado y perdido ante el Sucesor al clan... Soy la basura que nuestras leyes dictan. Pero sin embargo ellos no parecen reconocerme como tal...
Y sin importar que los haya salvado, ellos saben que deberian de atacarme como parte de las ordenes que Strever les dejó como líder del clan... No importa nada en el mundo exterior, nuestras leyes son sagradas.
No hay guerra que valga, ni hay muertes a sufrir que merescan desobedecer esas leyes..."
Alrededor del guerrero solamente el sol del atardecer lo acompañaba, mientras caminaba lentamente hacía un sendero equivoco donde no habia nada... O al menos eso decían los viajeros experimentados, puesto que más alla de las tierras del suroeste no habia más que desolación; Sin embargo continuaba con su travesía, decidido de encontrar algo en esas profundas tierras sin dueño.
"Drakenhell... ciudad de la Ruina y la Decadencia..."
III.
"...Y quien dijera una palabra en falso sería asesinado... y quien comentara en voz alta, encarcelado. Las leyes eran, son y serán ruines, pero valen como mil lingotes de oro y no se asemejan a nada que alguna otra cultura haya podido mantener por milenios..."
-Que extraño... no se a que me ha venido ese recuerdo en este instante...
-Están pasando muchas cosas hoy en día, Balam-Utei... Incluso el Velo se desgarra a una velocidad increible, y solo puede significar una cosa...
-No necesito que lo repitas, querida Arlas... No necesito saberlo.
* * * * *
-Por favor, oh gran sabio... Necesito que me des alojo en durante algún tiempo, pues mi vida corre peligro y no deseo verme en la necesidad de pelear solo para retrasar mi propia tumba. Tampoco espero que la hospitalidad sea gratis, y aunque lo fuera estoy determinada a pagar con cualquier moneda su trato hacia mi...
¿?
-Si... es cierto que provengo de aquel clan que anda causando tanta desolación en el mundo... y que mi huida solo significa traición... Pero necesito esconderme y encontrar a un cierto guerrero que, me parece, puede significar el final de ésta guerra.
El final de la guerra. El anciano, y todos en el gran salón habian oido eso desde hacía varios años, no solo abarcando esa iliada que se llevaba gestando desde 5 años atras; Muchos de esos personajes llevaban viviendo largas centurias, y vivieron en carne propia las guerras de Gaia y el Conflicto Dorado (la llamada guerra de secesión entre dos facciones de la Cruz Dorada); La Garra de la Cruz no eran unos tontos... Sabian muy bien a que se atendrian si daban ayuda a una traidora del clan Sarla.
-¿Que clase de guerrero es exactamente del que hablas? En esta vida hemos visto pasar a muchos que han dicho poder terminar con todas las guerras, y algunos han perecido bajo sus propias ideas como Diana Rickshaw, y otros en traición de sus "aliados" como Riot Mcloud... Uno más como ellos no hará la diferencia en esta vida, más que con otro derramamiento de sangre.
-Lo sé... lo sé... pero este guerrero es diferente.- Dijo la chica mientras recordaba esos ojos negros llenos de emociones absortas en una negación abstracta, y esa espada negra, misma que reflejaba todo lo que el guerrero trataba de ocultar...- Habia algo en él que me hizo pensar en algo más alla de la divinidad... Siendo yo, una humilde hechicera -una hechicera de las ilusiones- sé cuando hay algo más alla de la verdad, y ese joven guardaba un algo muy en su interior...
"...Algo que posiblemente haga temblar a todo el mundo desde sus mismos cimientos..."
* * * * *
Las tres murallas de la ciudad eran tan grandes como diez personas. Y las tres torres que las unian estaban retorcidamente hechas de una belleza caustica. Las puertas de bronce y estaño más que adorno proveian una defensa pocas veces vista en el Este de Borshin; Tanto Arla como Balam-Utei no podian dejar de asombrarse ante la magnificencia de su ciudad natal, Griez la Grande... Hogar para la Garra de la Cruz, la linea de sangre más poderosa de todas las uniones non-sacras; Residencia, en sus mejores momentos, del torneo de Artes y Guerra y de uno de los Templos de la Luz más importantes del mundo: La Cairene-Mi`Shao, La Catedral del Sonido.
Ambos "Lobos" regresaban de los pantanos al sur de la ciudad, cazando toros fantasmas y aguilas gigantes más por el valor de sus carnes y cuernos, que por el sentido de ser de los pocos audaces en atreverse a hacerlo. Los guardias en las murallas lanzaron un silbido, y las puertas se abrieron ante los cazadores, quienes entraron de la misma forma en que cualquiera entra o sale de su casa. Atravesaron las herrerias y bastiones que se encontraban cerca de la torre principal Torga-Mi`Feure, Torre del Fuego. Vieron a sus compañeros afilar sus garras y y mandobles, no por la guerra pero por las tradiciones que ellos cargaban desde el Conflicto de la Guerra de Gaia. Llegaron no más alla del templo y fueron recibidos por tres monjes y el Sumo Sacerdote...
-Oh, sacerdote Lucassen... te hemos traido la carne de tres aguilas y los cuernos de seis toros... Serviran para hacer un banquete y para que tus conjuros e infusiones sean más fructiferas cada vez.
-Te lo agradesco, amable "Jaguar de Tierra" pero... ¿Es necesario que ambos se arriesguen de esa forma?- Comentó el anciano mientras sus acolitos llevaban al interior del recinto la caceria lograda-. Es cierto que son de las Garras más poderosas, pero las vidas que ustedes tienen le son demasiado importantes a todos nosotros, asi como a ustedes les importan las nuestras...
-Y por eso lo hacemos con mucho gusto, Sumo Sacerdote.- Replico la joven Arla mientras veia con un extraño amor la cupula dorada del templo-. Nosotros pensamos que cualquier esfuerzo que hagamos será bastante valioso, y no tenemos problemas con la muerte pues sabemos que si eso sucede será todo parte del destino al que tenemos que atenernos como parte de la Rueda de la Vida del clan...
"No hay Destino que valga... Cada uno de nosotros merecemos vivir como parte de nuestras decisiones, no por acto de algo ya predestinado..."
IV.
Aquella visión era terrible... Era proviniente de una pesadilla basada en los sueños mismos de los demonios de leyenda. Su propia sangre corriendo a traves de las afiladas garras que provenian de sus manos mortales; Su postura endiabladamente curvada, menospreciando su propia humanidad y sucumbiendo a razonamientos animales... Y su rostro, el vehiculo para la furia, la ira que emanaba de esos ojos inyectados de sangre y oblicuos a la demencia total.
-¿Que es esto? ¿¡Que demonios es esto!?- Gritaba enloquecido Razzael mientras su mente intentaba recrear lo que habia sucedido... Trataba de juntar la razón para sobreponerla a la fantasía. Pero era dificil...- ¡Dioses! ¡Arsgo, levantate amigo, levantate y pelea a mi lado una vez más!
El desastre total apenas comienza... Y tu estas en el camino de la "Matanza Infernal", querido mio... Es una lastima que no hayas nacido en una noche invernal, posiblemente el trueno y relampago te hubieran recibido bien, sin embargo caeras ante el fuego que propagare y hara ver este calor como un frío simple... Tu amigo solamente será el recuerdo pusilánime de tu clan, una masa negra que desaparecera junto con este mundo de mierda.
-¡Maldito demonio disfrazado! Tú no eres un ser mortal... Tú... Tú eres Aquel... ¡¡Eres Aquel!!
Ojala hayas disfrutado esas palabras... serán las ultimas antes de que devore tu alma, y de paso esa carcasa que tiene por cuerpo...
* * * * *
¡!
Sucedió de nuevo... El Velo se ha rasgado de una manera bastante violenta.
Maesltrom. Juró que te encontrare... ¡Juro por la sangre de todos y cada uno de los descendientes de Lunten que el yugo que has impuesto a los clanes terminara contigo!
Y si es necesario... con todos los Dragones.
viernes, agosto 25, 2006
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